Era la puta más gorda
que nunca hubiese visto,
la mujer más gorda que hubiese mirado.
TenÃa un vestido de seda con aguas
collar de cuentas, abanico de plumas,
manos delicadas.
Uno le dijo: "asquerosa montaña de grasa"
riendo meneó el cuerpo como diciendo sÃ,
¡Jesús!, claro que sÃ.
Hacerlo contigo no debe ser cómodo,
eres gorda como tres...
en cambio no, en cambio me dicen
qué buen sitio que hay
más guapa que Marilyn
o que Evelyn, no me acuerdo ya.
Rió y movió la cabeza,
farfulló palabras, como diciendo sÃ.
¿Y véis cómo marcha el mundo?
¡Es asà que marcha el mundo!
Y mi alma no destila miel y dulzura,
happyness and truth, deseos naturales.
Pero yo tengo una niña, en los descansos
que me acaricia los blancos cabellos.
Y los años se vuelven dóciles con su toque
me besa en las mejillas crueles
y sencillos juegos de ramas me teje
con grandes pupilas de gata.
¿Era abril o quizás era mayo?
Cuando la volvà a encontrar
riendo movà la cabeza
dibujando un gesto como diciendo sÃ.
¿Y véis cómo marcha el mundo?
¡Es asà que marcha el mundo!